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25 de Abril de 2018

La entrada de los jugadores al campo de fútbol se ha vuelto un espectáculo en sí mismo

En la mayoría de los deportes, el túnel entre el vestidor y el campo de juego es un espacio sagrado.

Tomado de THE NEW YORK TIMES/Sam Borden

Las selecciones de Brasil y Holanda antes de un partido en el Mundial de Brasil de 2014 CreditAlex Livesey/FIFA, via Getty Images

En la mayoría de los deportes, el túnel entre el vestidor y el campo de juego es un espacio sagrado. Los pocos momentos que vive un atleta de primer nivel antes de salir a competir son, en general, un terreno privado de introspección tranquila, un santuario libre de escrutinio donde los participantes pueden compartir un mensaje final de motivación o vivir una última confrontación privada con sus nervios.

Menos en el fútbol.

En el fútbol profesional —ya sea el mundial, la Copa América Centenario, la Eurocopa o cualquier lugar donde los partidos se transmitan por televisión— el túnel es un espectáculo. Esta zona que alguna vez se reservó solo para jugadores y árbitros se ha vuelto, en años recientes, un paraíso voyerista.

Es inevitable. La transmisión de casi todos los juegos comienza con varios minutos en vivo de jugadores alineados en el túnel, las cámaras —y a menudo los micrófonos— apuntan directamente hacia ellos. Los jugadores están inquietos. Se estiran. Se ajustan las camisetas. Conversan entre ellos (amigablemente, la mayoría de las veces, aunque ha habido confrontaciones) o charlan con los árbitros. Se ajustan los pantaloncillos. Se estiran un poco más. Se ocupan de cualquier niño que vaya a caminar a su lado. Se acomodan las medias. Inhalan profundo. Y entonces, finalmente, salen a jugar.

Algunos jugadores del Manchester United esperan en el túnel antes de entrar al estadio en St James’ Park en enero. CreditSerena Taylor/Newcastle United, via Getty Images

Todo se captura en alta definición y nada —nada— se pierde de vista. Un niño deslumbrado por ver a sus ídolos. Un desdén insolente. Hasta se ha vuelto común ver a alguien hurgándose la nariz. En una ocasión criticaron al portero español Iker Casillas por la especulación de que había embarrado algo en el rostro del niño que lo acompañaba. Al alemán Per Mertesacker también lo persiguió la acusación de que, después de meterse el dedo a la nariz, lo había pasado por el pelo de un niño.

Las estrellas reciben más atención que nadie. Hace unos años, cuando el jugador del Manchester City Yaya Touré le dio un golpe atrás de la oreja a Eden Hazard, del Chelsea, mientras caminaban por el túnel, el video se volvió viral. Y, antes de un juego del mundial, cuando el argentino Lionel Messi no le dio la mano a uno de los niños que acompañan a los jugadores, los videos de molestia explotaron por todo el internet. Muchos de estos videos incluían paralelos entre lo que parecía un descuido inocente de Messi con imágenes del portugués Cristiano Ronaldo alegremente demostrando afecto a unos niños. (En su defensa, Messi buscó después al niño para enmendar el daño).

“Ya no es extraño”, el alemán Thomas Müller opinó sobre las cámaras. “No siempre fue así, pero ahora todos entienden que hay una cámara ahí”.

Müller dijo que disfruta percatarse de la gran variedad de comportamientos de los jugadores en el túnel. Algunos son tranquilos, dijo, y abrazan a un excompañero del equipo contrario o conversan para pasar el tiempo; sin embargo, otros son tan serios que resulta desconcertante.

Gran parte del encanto del túnel es el paisaje. Mientras unos estadios tienen una pasarela limpia, casi antiséptica, muchos otros tienen características distintivas que definen sus túneles. En el Bernabeu en Madrid, por ejemplo, los equipos están separados por una pantalla de metal robusto que crea la impresión de estar atrapado en una jaula (o, para el equipo visitante, tal vez una prisión). El Olympiastadion de Berlín tiene una escalera eléctrica que lleva a los jugadores desde los vestidores que se encuentran en un nivel superior. En el Selhurst Parken Londres, los jugadores deben salir en fila india porque el túnel es tan angosto que no se podría salir hombro con hombro.

El escenario más extraño debe ser el del Schalke, en la ciudad alemana de Gelsenkirchen. Como el sobrenombre del equipo es “Mineros”, el club oscureció el pasillo e hicieron que los muros parecieran hechos de roca para simular la experiencia de estar en un pozo minero.

La rutina del túnel se ha convertido en una parte tan arraigada del juego que recientemente el organismo responsable de las reglas en el fútbol reformó las regulaciones que cubrían la disciplina previa al juego.


Antes, la capacidad de un árbitro para disciplinar a un jugador empezaba únicamente en el campo; ahora, un árbitro tiene el poder de mostrarle una tarjeta roja y expulsar a los jugadores que estén peleando o tengan algún otro comportamiento antideportivo en el túnel.

Peter Walton, un exárbitro de la Liga Premier de Inglaterra y que ahora supervisa la profesionalización de los árbitros en Estados Unidos, dijo que disfrutaba charlar en el túnel, pero se dio cuenta de que algunos jugadores no ocultaban sus sentimientos al ver a un árbitro en particular mientras esperaban para salir al campo.

“Muchas veces era el primer momento en que un jugador se enteraba de quién sería el árbitro del juego”, comentó Walton, “y uno sentía que ellos pensaban: ‘Ay, no, eres tú otra vez’”.

Para los espectadores que se preguntan por qué con frecuencia parece que todos en el túnel están esperando a que llegue un árbitro para que puedan empezar a salir al campo, Walton explicó que el protocolo típico es que el árbitro y uno de sus asistentes se paren al frente de la fila mientras el segundo asistente hace una última revisión de los jugadores, para estar seguro de que todo su equipamiento esté en orden.

El asistente también se asegura de que haya 11 jugadores formados en cada lado.

“Recuerdo un juego en el que salimos con diez jugadores de un lado”, dijo riéndose Walton. “El otro jugador estaba teniendo problemas en el baño. Creo que llegó justo antes de que empezara el juego”.

Después de presentir que habría una gran demanda en torno a ellos, muchos clubes y federaciones ahora graban y publican sus propios videos de los túneles en YouTube. Pero la historia de la cobertura televisada de los túneles es difícil de precisar. El acceso de cámaras había sido esporádico —como en otros deportes—, pero Amy Rosenfeld, quien ha producido transmisiones de fútbol durante mucho tiempo y está a cargo de la cobertura de la Eurocopa para ESPN, dijo que este acceso se dio de manera más universal en el mundial de 2006.

Desde entonces, el momento que recuerda a los gladiadores mientras entran a la arena se ha esparcido virtualmente a todas las ligas y torneos de primer nivel, y en cada partido presentan una versión de la reunión en el túnel, la salida y el momento cuando los árbitros toman el balón de un podio. Rosenfeld dijo que la importancia de la secuencia del túnel incluso ha afectado la manera en que ella y otros productores planean los espectáculos previos al juego.

“Ahora realmente exigimos que nuestros productores tengan todo listo y nos dirigimos al sitio diez minutos antes del comienzo del partido porque queremos estar en el túnel aunque los jugadores apenas estén entrando”, agregó Rosenfeld. “En este momento, creo que los espectadores se sentirían defraudados si no pueden ver el túnel. Simplemente se ha vuelto una parte del juego”.

Andrew Das colaboró con el reportaje desde Nueva York.

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