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30 de Mayo de 2018

Unid y Golead

En la escuela teníamos un compañero de apellido Garzón, mucho más grande y fuerte que empezó a abusar de su condición superior sobre los demás. Cogió la costumbre de requisar lo que nos empacaban nuestras madres (casi siempre aguapanela o chocolate y un pedazo de pan o arepa), babeaba la bebida y mordisqueaba lo que llevábamos de comer. Además, nos esculcaba los bolsillos para ver si cargábamos alguna moneda. Cada día escogía a alguno a quien “montársela”. Alguna vez, cansado de tanto descaro, yo me revelé a entregarle lo que llevaba y, en la salida de clases, a una cuadra de la escuela me estaba esperando para golpearme. Restrepo, el mejor estudiante del grupo y a quién Garzón le había hecho lo mismo, pasó en momentos que yo recibía la paliza y, agachando la mirada siguió su camino sin tratar de defenderme.


Otro día pasó lo mismo con González, otro compañero de clases, más pequeño que yo, quien se resistió al abuso de Garzón y, fue esperado en el mismo sector en donde me había golpeado a mí. Cuando yo llegué a ese lugar, camino a mi casa, me encontré con la escena de agresión en desventaja de Garzón sobre González. Yo no pude contenerme y me metí en la pelea, recibiendo, quizás, más golpes que el otro niño. De pronto apareció Restrepo y cuando yo creía que continuaría su camino, tiró a un costado de la calle su maletín y fue en nuestra ayuda. Por fin Garzón recibió la golpiza que se estaba mereciendo por su mal comportamiento.


Después de eso, Garzón nunca más volvió a matonear a ningún niño del salón ni de la escuela y, aunque nosotros seguíamos teniéndole miedo, entendimos que si permanecíamos unidos estaríamos a salvo…


En la candente ruta final a la segunda vuelta presidencial, se da un fenómeno que guarda de alguna manera similitud a lo ocurrido en mi escuela. Tenemos a Uribe, un fortachón grande y camorrero que tiene la mayor posibilidad de ganar las elecciones por interpuesta persona (Duque), para continuar perpetuándose en el poder y su imborrable abuso que contaminó todas las esferas de la vida pública y privada de Colombia. Por el otro lado está Petro, que no tiene muchas posibilidades de vencer a ese gigante, si no encuentra el respaldo de otros en su cometido: De La Calle, que, con su tenacidad, dignidad y su frente en alto, se atrevió a poner como el estandarte a defender, Los Acuerdos de Paz; este excandidato, menos fuerte políticamente, pero igualmente importante por su inteligencia y honorabilidad; es como mi compañerito González. Fajardo, sin dudas, el que dio la mayor sorpresa el 27 de mayo. Serio e inteligente, con un inmenso potencial para proyectos futuros, tan parecido a mi compañerito Restrepo.


Petro, solo, no puede vencer las fuerzas de Duque… digo, de Uribe. Él necesita del apoyo decidido de De La Calle y de Fajardo. Esa es la única posibilidad de vencer el uribismo, pues, fueron 10 millones de votos en contra de los mismos y que anhelan un cambio real que le permita a Colombia avanzar por caminos equidad, tolerancia, participación y de PAZ; en busca del desarrollo sustentable y sostenible, que nos alejen del atraso al cual nos han condenado por 200 años de malos gobiernos, guerras y saqueos.


El solo hecho de recordar temas inconclusos en su investigación y condena como los FALSOS POSITIVOS (dicen que son más de 10.000 los asesinados), las masacres paramilitares, los robos de Agro Ingreso Seguro, Reficar, Navalena y el más reciente ODEBRECHT; son motivos y razones suficientes para que todas las fuerzas progresistas del país y que se pronunciaron en las pasadas elecciones con el optimismo de querer construir un país más justo, decidan apoyar a Gustavo Petro.


Que importante fuera que, alrededor de una Agenda Programática, se construyeran entre Fajardo, De La Calle y Petro, unos Acuerdos Sobre lo Fundamental; ya que todos coincidimos que nuestro mal superior es la Corrupción y, que: la Salud, la Educación y la PAZ; son la prioridad de nuestra sufrida Patria.


Yo, parafraseando el pasaje bíblico de: DAVID y GOLIAT, con el de UNID Y GOLEAD; en donde invito a los tres candidatos que rechazan las prácticas de la corrupción a que se UNAN y que salgan a la cancha de la DEMOCRACIA a GOLEAR al uribismo el 17 de junio.


Tenemos que defendernos como David, que representaba todo un pueblo, para vencer al nuevo Goliat.


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Los poderosos no son tan poderosos como dan a entender, y tampoco los débiles son tan débiles.
                                                                    MALCOLM GLADWELL
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AÑADIDURA. Según informó la W Radio, el 28 de mayo de 2018, el exparlamentario Musa Besaile, en su prendida del ventilador, salpica a varios parlamentarios de la repartición burocrática y presupuestal del Estado. Qué curioso, todos los implicados estaban o van a estar en la campaña de Duque.

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