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12 de Abril de 2018 

EDUCACIÓN SEXUAL

Nunca partimos de cero

Muchas veces el interés de las mujeres al asistir a los foros o reuniones es: ¿Cómo educar en sexualidad, cómo ser educadoras sexuales? Pero debemos tener en cuenta: Ya lo han venido haciendo, ya lo han venido siendo.

Muchos pueden pensar que lo que se dice en los foros es relativamente cierto para nosotros los adultos, pero nuestros muchachos, nuestros niños allá en el jardín, en la casa comunitaria, ellos son todavía unos angelitos.

Debemos bajarnos de esa nube. También ellos tienen ya parcelado su cuerpo en zonas buenas y malas, las que pueden mostrar y tocar y las que no, todos han sentido o extrañado, la caricia, el abrazo amoroso, todos saben muy bien quiénes son los niños y quiénes las niñas y sobre todo cuanto vale ser uno u otra.

Qué se puede hacer y qué no, qué es sucio, qué es permitido, qué puede y qué no puede preguntarle a su maestra, ya la han visto ponerse roja y cambiar de tema, mandarlos callar y castigarlos.

En ese sentido para reeducación, se sugiere iniciar aceptando que ni la maestra, ni la mamá, ni el niño están vírgenes en sexualidad, nunca partimos de cero.

Por eso en la familia cuando decimos: Vamos a hablar de hombre a hombre, de mujer a mujer, es hora de que hablemos, lo hacemos cuando asistimos a foros de sexualidad y pensamos en hechos que nos han marcado: Cuando llegó la primera menstruación, el primer beso, cuando la encontré con el otro, cuando casi se me pone erecto, pero casi no vale. Cuando les decimos a los niños la historia del huevito, tal vez ahí también estemos educando, pero con la sexualidad de que se ha venido hablando y la cosa es más sutil, más cotidiana, más con el cuerpo y las actitudes que con las palabras.

Se nos sale en nuestros ejemplos, en nuestra presentación corporal, en nuestra expresión afectiva, en las caricias, en su ausencia, en su silencio.

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